Si hay una estación del año que me sorprende es el otoño. Mas aún por estas latitudes, al sur del continente americano donde desde hace casi una década el otoño es cada vez mas tardío.
Sí. El otoño me sorprende, me invade, me renueva, me fascina…
Hace pocos días caminaba por las calles de mi barrio y cientos de hojas amarillas daban vueltas y vueltas alrededor de mí antes llegar al suelo. Las observe largamente tratando de ver donde caían, pero era imposible pues eran muchísimas. Me detuve a pensar que luego dormirían allí por un tiempo hasta que el viento decida llevarlas quien sabe a donde…
Otro día, caminaba por una avenida distinta y de pronto la arboleda que hasta hace tres o cuatro semanas estaba verde radiante, me sorprendió porque cambió de color casi sin poder percibirlo. Y eso que yo quise notar como cambiaban de color las hojas, como se transformaban los árboles, como se quedaban pelados sin poder hacer nada…
Las tardes también tienen lo suyo. Primero son los rayos del sol que se esconden unos minutos antes, luego el viento que sopla y ya no con una suave brisa, después la fría llovizna que siempre acompaña al otoño…
Todo paso casi sin darme cuenta y eso que yo quise notar como el otoño llegaba a mi vida una vez más…
Así como el otoño, muchas veces las cosas importantes llegan a mi vida y casi no llego a percibirlas sino hasta tiempo después.
A veces es una amistad que comienza a crecer, otras veces un cambio de actitud que me hace mejor persona, las mas de las veces son las cosas simples de la vida, como la sonrisa de mis hijos cuando llego de trabajar, las atenciones de mi esposo cuando estoy muy cansada, una llamada por teléfono o un mensaje de aliento de mis amigas… Todas situaciones que transforman mi interior, lo renuevan y le dan ese brillo tan particular como el sol en las mañanas de otoño…
No puedo dejar de preguntarte:
¿Cómo te “pinta” el otoño?
¿Qué estación del año te da su mejor color?
¿En que momento del día tu persona brilla con más intensidad?
Son preguntas simples, para corazones simples, hechos por una persona muy simple, pero una persona que se ha dejado transformar por el Creador, que invento el otoño, que invento los colores y que le dio color y brillo a su vida.
Sí. El otoño me sorprende, me invade, me renueva, me fascina…
Hace pocos días caminaba por las calles de mi barrio y cientos de hojas amarillas daban vueltas y vueltas alrededor de mí antes llegar al suelo. Las observe largamente tratando de ver donde caían, pero era imposible pues eran muchísimas. Me detuve a pensar que luego dormirían allí por un tiempo hasta que el viento decida llevarlas quien sabe a donde…
Otro día, caminaba por una avenida distinta y de pronto la arboleda que hasta hace tres o cuatro semanas estaba verde radiante, me sorprendió porque cambió de color casi sin poder percibirlo. Y eso que yo quise notar como cambiaban de color las hojas, como se transformaban los árboles, como se quedaban pelados sin poder hacer nada…
Las tardes también tienen lo suyo. Primero son los rayos del sol que se esconden unos minutos antes, luego el viento que sopla y ya no con una suave brisa, después la fría llovizna que siempre acompaña al otoño…
Todo paso casi sin darme cuenta y eso que yo quise notar como el otoño llegaba a mi vida una vez más…
Así como el otoño, muchas veces las cosas importantes llegan a mi vida y casi no llego a percibirlas sino hasta tiempo después.
A veces es una amistad que comienza a crecer, otras veces un cambio de actitud que me hace mejor persona, las mas de las veces son las cosas simples de la vida, como la sonrisa de mis hijos cuando llego de trabajar, las atenciones de mi esposo cuando estoy muy cansada, una llamada por teléfono o un mensaje de aliento de mis amigas… Todas situaciones que transforman mi interior, lo renuevan y le dan ese brillo tan particular como el sol en las mañanas de otoño…
No puedo dejar de preguntarte:
¿Cómo te “pinta” el otoño?
¿Qué estación del año te da su mejor color?
¿En que momento del día tu persona brilla con más intensidad?
Son preguntas simples, para corazones simples, hechos por una persona muy simple, pero una persona que se ha dejado transformar por el Creador, que invento el otoño, que invento los colores y que le dio color y brillo a su vida.
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