jueves, 1 de julio de 2010


Nuevas son cada mañana, grande es la fidelidad de Dios…

Regalos…

Hace unos días pensaba en los muchos regalos que a diario Dios despliega desde lo alto para mí.

El cielo celeste que me alegra las mañanas cuando estoy en mi trabajo…

El sol del mediodía que me recuerda que pronto estaré un ratito en casa…

El cielo despejado, inundado por el tibio sol de invierno, que durante las tardes me invita a pensar que Dios lo hace para mí, pues sabe cuanto lo disfruto.

El cielo rojizo del atardecer que puedo mirar por la ventana, ya en la tranquilidad de mi hogar…

¿Te pusiste a pensar en cuanto te ama Dios?

¿Observaste el cielo en sus muchos matices del día?

Dios te habla por medio de ellos.
Dios te llama por medio de ellos.
Dios te espera en alguno de los momentos en que despliega esas pinturas para vos…

¿Qué vas a hacer mañana?

Observa el sol cuando aun es temprano.
Pero si no llegas, obsérvalo un rato después.
Si aún te lo perdiste, podes mirar el cielo a media tarde.
O cuando regresas a tu casa…

Dios está esperando por vos para darte estos regalos.




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