sábado, 19 de junio de 2010

Papá, soy yo...

Hace exactamente un año publique en este blog “Palabras para mi Padre”, justamente recordándolo en un día como el de hoy.

Quiero volver a hacerlo, por eso comparto.

“Pronto el cine, la televisión y la publicidad nos recordarán lo importante que es la tarea de los padres, cual es el mejor regalo para ellos, cómo debemos agasajarlos y tanta cosa mas que termina siendo vana publicidad y celebración comercial.

No obstante lo uso de excusa para recordar una vez a mi padre, aquel ser maravilloso que me dio la vida e intentó procurarme una existencia feliz.

Hace mas de once años que no está junto a mí, que no escucho el ruido de su moto al llegar a mi casa, que no conversamos mate de por medio, que no toma a mi hija de la mano y la hace sonreír...

Aún lo extraño como los primeros después de su partida... Pero aunque lo extraño, vive en mí la dicha de saber que un día nos volveremos a encontrar, allí en el Hogar que Mi Padre Dios ha creado para todos sus hijos. Allí en aquel Hogar nos veremos una vez más...

Días después de su partida nacieron estas palabras que comparto con quienes llegaron hasta aquí hoy:

A ser Padre se aprende cada día
durante existencia de los hijos...

Hay padres de sangre
que disfrutan toda la vida de sus hijos
porque se les parecen en muchas cosas.

Hay padres del corazón
que son aquellos que sin haber
podido engendrar biológicamente a sus hijos
los aman de igual manera
porque no conocen otra forma.

Hay padres que son adoptados
por hijos que en algún momento de su vida
han perdido a su “verdadero” padre.
Ellos asumen el compromiso de ser padres
del alma y de los sentimientos.

Hay un Padre que está en el Cielo
Y en el corazón de quienes creen que
Dios es el padre de la Humanidad.
El nos cuida, nos ama y guía nuestros pasos.

Por estas razones y otras más
recordá que a ser padre se aprende
cada día durante la existencia de los hijos.
Buscá aprender junto a ellos a ser papá.
Y Dios te de la satisfacción de poder ser:
Un papá de sangre,
Un papá del corazón y
Un papá del Alma.”

A mi Padre, Pío Fidel Jaime – Junio de 1999.

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