Todos deberíamos tener un tiempo en el que las horas pasen y no tengamos ninguna obligación que cumplir, ningún teléfono que atender, ningún trabajo que hacer, excepto aquello que te hace sentir feliz.
Estoy de vacaciones, con mis tres hijos, mi esposo y una familia amiga.
La montaña es el lugar al que vinimos para descansar apenas unos días. El sol del mediodía, el frío del atarceder, temperaturas que congelan el agua, el rocío y también muchas plantas a nuestro alrededor son parte de una pintura bellísima que acarician mi alma, porque una vez mas pienso que Dios lo hizo para mí.
Pero no solo eso, la amistad es un ingrediente esencial si es que hubiera una receta para ser feliz.
Conversar, leer, caminar, cocinar son algunas de las cosas que estoy haciendo con mi amiga y eso también descansa toda mi persona. Hoy no lo siento como una rutina, hoy son momentos especiales, porque los comparto con una persona que a pesar de conocerme muy bien me muestra su cariño y amistad.
Estas vacaciones breves, fueron largas en mi tiempo personal.
3 comentarios:
¡Qué chica tan afortunada eres! Siempre hay que disfrutar lo poco o lo mucho que se nos de, así que alabo tu actitud. Y la amistad, es el ingrediente más sabroso para esas vacaciones, a parte de gozar del amor de tu familia.
Besitos.
Por cierto, olvidé decirte que me gustó la nueva imagen de tu blog. ¡Muy tierna y linda!
hermoso el comentario Ga!
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