HAY UN TIEMPO... PARA TODO Y PARA TODOS.

Hay un tiempo antes de nacer
Cuando fuimos esperados,
amados, imaginados...


Hay un tiempo para caminar, para hablar,
para sonreír y hacer reír...

Hay un tiempo en que los niños comienzan
a jugar con otros niños y
aprenden lo maravilloso que es compartir…

Transcurren las estaciones
y ellos aprenden cosas nuevas,
Crecen rápido, muy rápido…

Entonces llega el tiempo
de la segunda rebeldía
o afirmación de su propia identidad
como nos gusta pensar…

Entonces vuelve el tiempo en que quieren caminar, hablar, sonreír y hacer reír…
Pero lo quieren hacer solos, porque ahora son adolescentes y solo tienen tiempo para sus amigos…

Apenas unos años más y
gigantes se presentan ante ellos.
La carrera que deben seguir,
la profesión que van a elegir,
la persona que buscan
para compartir su vida,
el tiempo que es necesario para ello.
Son jóvenes y pueden y deben tomar estas decisiones solos.

Durante todas estas estaciones
hay un día en que todo cambia.
Si elegimos casarnos o no.
Si tenemos hijos o no.
Nuestro calendario personal marca que hemos crecido…

Entonces la rueda comienza a girar nuevamente.

Hay un tiempo antes de nacer
Cuando fuimos esperados, amados, imaginados...


Pero hay tiempo que es el de toda la vida cuando todos,
padres esperando, hijos aprendiendo,
abuelos enseñando, jóvenes intentando,
familias enteras cultivando
deben buscar a Dios para tomar y afirmar decisiones.

Buscar a Dios de corazón para encontrar y
cumplir con la Voluntad de Aquel que nos creó.

Dicen los escritos antiguos:
Dios hizo todo hermoso en su momento,
y puso en la *mente humana el sentido del tiempo, aun cuando el *hombre no alcanza a comprenderla obra que Dios realiza de principio a fin.

Yo sé que nada hay mejor para el hombre que alegrarse y hacer el bien mientras viva; y sé también que es un don de Dios que el hombre coma o beba, y disfrute de todos sus afanes. Sé además que todo lo que Dios ha hecho permanece para siempre; que no hay nada que añadirle ni quitarle; y que Dios lo hizo así para que se le tema.
Lo que ahora existe, ya existía;
y lo que ha de existir, existe ya. Dios hace que la historia se repita.