sábado, 27 de marzo de 2010

Recurrir a Dios


¿A quién tenemos cerca cuando todo es caos y descontrol, sino a Dios?

¿A quién iremos a pedir por justicia y gracia, sino a Dios?

¿A quién llamamos una y otra vez pidiendo ayuda en momentos de angustia y soledad, sino a Dios?

Aunque estas preguntas contienen allí mismo su respuesta, es cierto que muchas veces no recurrimos a Dios en el día del conflicto y del pesar como primera acción.

En más de una oportunidad reclamamos justicia y derecho a todos los que creemos son la causa de nuestros problemas o a todos los que nos han hecho algún tipo de daño.

Hoy podemos hacer diferente. Hoy podemos pensar distinto.

Dios es soberano y por lo tanto insuperable y magnífico en todas sus acciones.

El conocimiento que tiene de nosotros y su amor hacen que nos animemos a mirarlo y correr hacia Él en busca de justicia.

Intentemos otra manera esta o la próxima vez que nos toque enfrentar un conflicto y hagamos el ejercicio sano de tomar unos instantes para enfocarnos en Dios que con seguridad que tiene la solución.

Una solución que estará en sintonía con el día que sigue, con el paso que pronto tendremos que dar.

Muchas veces no comprendemos los designios de Dios ni sus caminos, pero confiemos que solo ve El final de nuestro andar.

Estemos seguros que Dios nos oye en día del conflicto, que Él defiende nuestra causa y que enviará ayuda desde su Santuario.

Pero no tenemos que olvidar que el secreto a voces es hablar y es pedir. Decírselo a Dios y pedírselo a Él.

No hay comentarios: