domingo, 16 de octubre de 2011

Soy mamá.


En primera persona.

Hoy se cumplen dieciséis años desde mi primera celebración por el Día de la Madre.

Aún mi primera hija estaba en mi vientre, cuando me desperté y un hermoso regalo tenía delante de mí.

Desde aquel día mi vida nunca volvió a ser igual.

Años después llegaron mis otros dos hijos y a todos ellos quiero con todo mi corazón…

¿Cómo expresar con pocas palabras lo que siento como mamá?

De las profesiones que tengo esta es la que no cambiaría por nada del mundo.

Estar en casa para esperarlos, ayudarlos con sus ocupaciones, hablar con ellos, jugar, cocinar, preparar la casa para estar con sus amigos, leer, orar, salir a pasear, llevarlos a todos lados en el auto, son apenas algunas de las actividades que siempre me dan muchas satisfacciones.

Quisiera retener en mi mente y en mis ojos esos momentos bellísimos cuando juegan como si nadie estuviera a su alrededor, cuando expresan en voz alta sus dudas, sus reflexiones, aun cuando pelean. Los veo crecer, pero aún son niños…

Estoy segura que ser mamá es un hermoso regalo que Dios me dio.

Es por ello que deseo con todo mí ser, ser la mamá que Dios soñó para cada uno de mis tres hijos. Y los sueños y pensamientos de Dios son altos, son de bien y son eternos.

Es el anhelo de mi corazón devolver allí en la eternidad a cada de mis hijos y expresar a Dios: “Padre aquí estamos, y estos son los hijos que tu me has dado y yo la mamá en la tu y ellos me han convertido”…

Trato de imaginarme este momento. Me veo convertida en una mejor persona y por lo tanto mejor mamá.

Una mama que anima y afirma.
Una mamá que espera y confía.
Una mamá que ama y entrega.
Una mamá que enseña y aprende.
Una mamá que se deja guiar por Dios y que es de guía a sus hijos.
Una mamá que depende de Dios para todo y eso imprime en sus hijos.

¿Sueños y pensamientos elevados? Claro que sí. Para mí y para ellos.

Pero Dios va delante de mí mostrándome Su camino.
El pensó en mí como mamá y estoy segura que completará esa obra maravillosa en mí.

3 comentarios:

manolo dijo...

Y GABRIELA, YA SE ES MADRE
SIEMPRE, POR MUY MAYORES
QUE SE HAGAN. SIEMPRE SERAN NUSTROS NIÑOS.

Gracias por visitarme en mi nuevo blog.
manolo

Reyna (Emphasys) dijo...

Felicidades, ser mamá cambia la vida verdad? todo cambia y se torna muy maravilloso, te seguiré disfruté mucho tu blog. Estoy para servirte cuando gustes dar una vueltita por el mio. Bendiciones. Me falta mucho camino qué recorrer, seguro aprenderé de ti

Isa dijo...

¡Hola, Gabriela! Es tan hermoso ser mamá y ¡nunca lo deja uno de ser aunque ellos crezcan y se casen! Siempre tendrán ese lugar en nuestro corazón de una manera especial. Y como dice Manolo: ¡Siempre serán nuestros "niños"!
Besitos.